La gestión de los escurrimientos superficiales es un tema al que cada vez se le presta mayor atención, principalmente por las consecuencias que puede acarrear una omisión de esta naturaleza. El objetivo central de los sistemas pluviales consiste en salvaguardar los bienes y la integridad de las personas; además de permitir -en la medida de lo posible- que las actividades que desarrollan no se vean interrumpidas durante una tormenta. Cuando no se alcanzan estos objetivos es importante emprender acciones correctivas que garanticen mejores resultados.
La mayor parte de las acciones correctivas implican la instalación de estructuras de captación que resuelvan el problema de los encharcamientos; a continuación relacionamos cinco acciones que pueden tomarse cuando se presentan encharcamientos en tu obra:
La opción más económica -en apariencia- consiste en dejar las cosas como están; aunque en principio no se realiza ninguna inversión, van a tener que tomarse acciones preventivas o correctivas durante los eventos de tormenta, lo cual podría resultar más costoso, y difícil de predecir.
Otra opción puede ser la habilitación de estructuras abiertas (cunetas, canales o alguna estructura similar); su inversión inicial suele ser baja pero su implementación debe contemplar el desaprovechamiento del espacio para otros fines y un constante mantenimiento, entre otras consideraciones.
Las estructuras puntuales son una opción común, por la facilidad para habilitarlas en un punto específico; en contraparte, es necesario que las pendientes concurran a la estructura de descarga o de lo contrario no van a operar adecuadamente.
Una solución que también se usa con frecuencia es la habilitación de la estructura in situ. En principio parece ser una buena idea, pues la estructura se podría adaptar a las condiciones y necesidades del espacio, pero también va a requerir de algún tiempo para realizar todas las maniobras de habilitación, un mayor espacio para permitir esas maniobras y una rejilla -o grupo de rejillas- que se fabricarán fuera de la obra para aprovechar el tiempo. El peso de la rejilla será alto, pues se buscará que sea un elemento de acero, y su diseño será esencialmente ranurado, pues el uso de acero no permite variar demasiado los diseños. Por otra parte, la capacidad de carga de la rejilla será alta -a veces sin que sea necesario- por ejemplo en áreas peatonales, con excepción de las soldaduras, que deberían revisarse en caso de ser necesario.
Finalmente, la opción más eficiente -y no necesariamente la más costosa- es la habilitación de un drenaje superficial lineal con canales prefabricados. Los productos prefabricados ofrecen calidad homogénea en su elaboración y -por lo regular- su diseño se encuentra avalado por una norma de referencia, lo cual asegura su adecuado desempeño.
AQUA Infraestructura cuenta con varias familias de productos para la gestión integral del agua. Para los escurrimientos superficiales disponemos de una variedad de diseños de canal y modelos de rejilla para distintas aplicaciones y condiciones de carga, desde 1.5 toneladas hasta 90 toneladas.
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